Tres fotos para el recuerdo,una mía y de mese en el hotel Ghion,el domingo que una gran parte del grupo fuimos de paseo con los niños a pasar allí el día,la otra,que está algo borrosa,mi niña etíope de las preciosas trenzas que quedó con su sonrisa inmensa en la casa de acogida,los zapatitos de mese ya en el aeropuerto,y luego,la última de las fotitos especiales, la furgo de tamiru,siempre la furgo de tamiru.
El viaje de regreso fué duro,más que el de ida,obviamente pues con un bebé y tanto niño al rededor,se complica más si cabe,de todas formas no hubo queja de mese,se portó como una campeona,en el primer vuelo nos pusieron una cuna de viaje que facilitó mucho las cosas,el más complicado fué el segundo,largo y sin comodidades,aún así,mese no se quejaba,ella era como si conmigo ya se sintiese tranquila,yo ocn ella,feliz.
Yo,cargada,tres modelitos,uno para cambiarle en cada aeropuerto,el primero,cómodo pues el vuelo desde Addis a Frankfurt eran nueve horas,así que un chandal,en Frankfurt vaqueros y jersey de kitty para que llegase guapa a madrid,y en madrid,ya con María,la mamá de Kira que nos vino a recibir igualmente que nos había ido a despedir,el tercero de los modelitos para poder llegar impresionante y fresquita a Vigo.Igualmente que en Frankfurt nos habíamos separado de parte de los compañeros que no iban a madrid y se desviaban por barcelona,en madrid volvimos a separarnos de otro grupo que viajaba a través de coruña o santiago...y Marina,que quedaba allí mismo,con la familia,unos días.
En madrid,por fín,el teléfono volvía a ser la forma de comunicarme con todos,de hecho,en una hora, se quedó el pobre sin batería,después de haber conseguido hablar con mi hermana,con mi sobrina,con Roberto,Tere,Abraham...
Faltaba menos,y,tal vez,el último vuelo fué,que era el más corto en tiempo,fué el más largo,fué eterno...pero,por fin,llegamos,cuando el comandante anunció que llegábamos creo que más de uno no pudimos controlarnos,nos felicitamos en voz alta sin importar la cantidad de desconocidos que nos rodeaban,estábamos,por fin,en casa.
Cogí a la niña en brazos,la bolsa de mano cargada a no poder más,mi supermegabolso de seis euros del chino,la mochila porta bebés,y la emoción del momento,bajaba las escaleras super fashion,peinada al estilo africano aún que mega rústica con mi ropa de batalla,y bajaba victoriosa,no sabía que me iba a encontrar,pero recordaba la despedida,allí quedaban amigos,ahora estaban muchos más,uf,muchísimos más,incluso más de lo que imaginaba,los ví y no pude evitar alzar a la niña a modo de trofeo triunfal,las piernas me temblaban,pude ver a Roberto,a Anxo,Teté,María,Andere,Chapi,Carlos,Abraham y Rafa,Tino,Suso,Alicia y Lua,Nati,Sandriñá,La familia Alonso prácticamente al completo y un enorme grupo de la asociación Manaia,que habían hecho una pancarta preciosa,con letras de colores donde habían escrito bienvenida meseret...
La emoción del momento se junta con los nervios de ver a todos ahí,con la tristeza de los que no están,con el cansancio de tantas horas de viaje,con la preocupación,denuevo,de como reaccionará la niña (otra vez fantásticamente).
En un ratito,las dos estábamos en casa,Roberto nos llevó,con todo el cargamento de maletas,bolsas,y hasta los regalos recibidos en el aeropuerto y los globos que,durante muchos días decoraron nuestra casa.
Gracias a todos,chicos!!!
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