Después de la visita al pediatra,al día siguiente hubo otra,yo no me quedé muy tranquila con el médico que,en cinco segundos la vió,o,más bien la ojeó...
Al día siguiente fuimos a la consulta del doctor Marcus,llevaba dos años y medio oyendo hablar de él,de cómo trata a los niños y de lo bien que acierta en sus diagnósticos así que,allá fuimos algunas familias,eso sí,eso sí era un buen médico,ya,por fin,salimos tranquilos,yo por lo menos.
Los días tenían que ir pasando,íbamos a estar casi 20 así que no quedaba otro remedio que acostumbrarse y llevarlo bien,teníamos papeleo por delante y también alguna que otra visita turística -las justas-realmente apetecía quedarse en el hotel,que los días volasen,y volver a casita,en ese momento,en casita,estaríamos ya tranquilas las dos en nuestra nueva vida.
De mucha emoción fué el momento visado....momento foto de la peque,pero,más aún el momento de tener ese visado en las manos,sabiendo,además,que nuestro viaje acababa antes de tiempo,que podíamos volver el día once a casa,y que todo estaba preparado.
Los días habían sido duros,muchos niños enfermos,los madrugones,el ir cargado a todas horas y con la falta de costumbre...supongo que no es lo mismo tener en tu barriga ese peso que va aumentando poco a poco,que hace que tu cuerpo se acostumbre,y después,ese bebé de tres kilos,que crece y crece,a tener de golpe y porrazo mis casi siete kilos de koala,las 24 horas al día...
Mese pasó sus dos primeras noches con unos lloros tremebundos,Ana,Nuria,Marina,Gema...mil gracias por vuestro apoyo,por vuestros ratos de consuelo,por vuestras palabras y ánimos,por venir a ver si estabamos bien (vivas,si que estábamos y era obvio pues esos berrinches se oían,por lo menos en cinco kilómetros a la redonda.El caso es que la niña tenía miedo,terror más bien a dormir a oscuras y,además necesitaba una mantita a la que aferrarse...una vez descubrimos eso,no hubo mayor problema...
Las primeras noches dormimos abrazadas en mi cama,a las dos nos hacía mucha falta ese contacto,pero,en cuanto supimos que volvíamos a casa la metí en su cunita de viaje,había que ir preparándose para cuando estuviesemos en casa.
Desde el primer día ha sido una niña muy flexible,que se adapta a todo y a todos,
que sabe,y sabía perfectamente que yo era su madre,pero puede y podía estar un rato en brazos de cualquiera -eso sí,procurando no perderme mucho de vista-
Cuando pienso lo cargada que fuí,y la suerte que tuve de no pagar exceso de equipaje,tremendo,y es que no quería que a la niña le faltase nada,cuna,bañera,patito de goma,juguetes y,en fin,un largo etcétera que en el fondo no hizo más que facilitarnos a las dos nuestra estancia en el hotel.
La habitación no le gustaba,protestaba al entrar en ella,supongo que era demasiado cerrada,dos ventanas altas en la parte trasera,una en el baño y otra sobre el armario,para ella eran insuficientes y le recordaban -imagino-a la casa de acogida,oscura también...
En cambio,en cuanto ibamos de visita,a la habitación de Marina y Henok o a la de Nuria y familia,sonreía como una loca,y,de hecho,allí estuvimos mil veces,un día hasta nos dimos un baño en la de marina,otros hicimos reuniones,cenitas mil,charlas...
Hubo momentos inolvidables,los que había que olvidar,ya se han ido de mi memoria,no merece la pena retenerlos,para que??pero,nos vinimos de allí sabiendo realmente que la familia no es solamente la de sangre,que los amigos no son solo los que conoces desde hace 20 años y que,gran hermano,el programa de la tele,acierta en muchas cosas,en la convivencia todo se "magnifica",hasta los más mínimos detalles,y eso ocurría en el Weigoss,hubo de todo,broncas,más broncas,decepciones,alegrías,risas y llantos...pero...lo dicho,nos quedamos con las risas,uno de los momentos fué el momento piña,en la habitación de Nuria
después de que mese se cogiese una pequeña rabieta y probase una piña fresca recién comprada y que,como acababa de salir de la nevera le refrescaba,además,las encías...
Bendítas cámaras de fotos!!!
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