acariciarlas y besarlas,más besos,en sus mejillas,y,poco a poco intentar hablarle,aún que me costaba articular palabra,ya no fuí capaz de ver si mis demás compañeros iban conociendo a sus hijos,fue algo imposible,yo estaba tan emocionada,tan concentrada y alucinada que no daba para más.
Mi pequeña estaba algo asustada,tanta gente,y tan blancos...(digo yo que pensaría)
Poco a poco empezó a animarse,yo tuve que sentarme y aproveché para ponerle en la cabeza una pañoleta rosa,sé que es algo que a los etiopes les encanta y yo iba preparada,cubrirles la cabeza a los bebés y taparlos bien (haga el calor que haga),y hacía calor,pero ella llevaba un body con los piés descalzos y los tenía algo frios así que saqué de la super mega bolsa de seis euros del chino la mantita rosa y hala,ella tapada y las cuidadoras-todas,sin excepción-con una sonrisa en la boca.
Conseguí arrancarle su primera sonrisa poco antes de marchar,en muy pocos minutos estábamos fuera sentándonos en un taxi,y no sé por qué en diferentes grupos de los que habíamos venido,daba igual,en el fondo solo queríamos volver al hotel que,en ese momento era casi como volver a casa,ante todo,lo que primaba era sacar a los niños de allí cuanto antes...
Eso sí,no podía evitar marcharme con la tristeza de dejar allí a aquella pequeña de trenzas...no sabía ni su nombre,si sabía que posiblemente sus padres estaban ya asignados en galicia pero,yo me la habría llevado conmigo y con Mese en ese mismo momento de haber podido...
En el taxi,sin sillitas de protección para niños (casi sin ruedas pues ni tenían dibujo),y,para colmo,sentada en el asiento delantero con mi hija en brazos,no podía dejar de tocarla,besarla,hablarle...
Ella no estaba aparentemente tan asustada,imagino que primaba el estar recibiendo mimos continuados,eso sí,me agarraba cada vez con más fuerza...
Jeta,el taxista,hizo mil comentarios amables,le hablaba a ella y me hablaba a mí,yo,apenas era consciente de la conversación que manteníamos,yo sólo tenía ojos para ella...
Llegamos al hotel,por fin,recepción para coger la llave y las primeras felicitaciones,las recepcionistas alucinadas con la belleza de mi hija
Corriendo hacia la habitación me dí cuenta por primera vez de que estabamos en el tercer piso,6 kilos 950 gramos de bebé más la bolsa del chino...ufffff
Lo primero,una pequeña siestecita,las dos juntas,abrazaditas en la cama,para que ella empezase a ver que yo iba a estar ahi,y no tenía intención alguna de irme,nunca...
Su ropa preparada y la bañera hinchable en el baño,pero me dió miedo agobiarla en exceso así que dejamos la bañera para la noche y en ese momento,solamente,un repasito con toallitas de bebé,ropita nueva,colonia,y la pañoleta otra vez en la cabeza (de hecho viajé con un arsenal de accesorios,pinzas,coleteros,diademas,pañuelos,sombreros...)
Biberón y respirar hondo,creo que las dos,me miraba alucinada,igual que yo a ella,sincéramente,esos primeros momentos fueron impresionantes,que pena no poder grabarlos,que pena haber tenido que viajar sola...
Bajamos a recepción pues a las tres íbamos,toda la expedición al pediatra,y allí,tremendo momento de reencuentro de prácticamente todo el grupo con los niños ya vestidos,aseados,guapos,más relajados y con las primeras sonrisas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario